¿Gobierno digital? La crítica a una modernización que no llega a todos


 ¿Has intentado hacer un trámite en línea y terminas en una fila de tres horas en una oficina? Esta contradicción es más común de lo que pensamos. Hoy hacemos una crítica necesaria al llamado “gobierno digital” en México.

Las autoridades presumen plataformas digitales como si fueran la solución definitiva a los problemas burocráticos. Pero ¿de qué sirve tener una app para agendar citas si solo funciona en ciertos navegadores o deja fuera a quienes no tienen internet estable? El acceso a la tecnología sigue siendo desigual, y muchos ciudadanos sobre todo en comunidades rurales o de bajos recursos— quedan fuera de este supuesto avance.



Además, muchos sistemas públicos en línea parecen más diseñados para cumplir con requisitos administrativos que para facilitarle la vida a la gente. Basta con ver las webs de muchas dependencias: lentas, confusas, mal diseñadas y con enlaces rotos. La digitalización del gobierno no debería ser solo poner formularios en internet; se trata de crear soluciones accesibles, eficientes y realmente útiles.

Y otro punto crítico: ¿dónde queda la capacitación del personal? En muchos casos, los servidores públicos no están preparados para operar las nuevas herramientas digitales, lo que genera frustración tanto del lado del ciudadano como del funcionario.

La transformación digital del gobierno no puede quedarse en el discurso. Debe ser inclusiva, funcional y pensada para todas las personas.



Comprender estos temas no es solo tarea de expertos; es parte de ser ciudadanos activos en un mundo cada vez más conectado.






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